Descifrando el Código del Emprendedor: Estudio Explica que la Batalla para Crear una Empresa se Gana Primero en la Mente.
- OECM

- 24 sept
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Actualizado: 29 sept

En un mundo que clama por innovación y soluciones al desempleo, un revelador estudio científico realizado en 2017 y publicado en 2018, puso el foco no en el capital o los planes de negocio, sino en el campo de batalla más íntimo y decisivo: la mente del futuro empresario. Una investigación exhaustiva con 1,272 estudiantes universitarios ha explorado lo que se esconde tras el impulso de emprender, y los resultados son tan sorprendentes como inspiradores. La clave no está en lo que la sociedad dicta, sino en las creencias y la fuerza interna de cada individuo.
El Verdadero Motor del Éxito: Creencias Personales vs. Presión Social.
El estudio, dirigido por el profesor De los Santos de Dios Santiago y colaboradores, se propuso explicar uno de las mayores interrogantes del emprendimiento: ¿qué pesa más, las normas culturales y las expectativas sociales (limitaciones informales sociales) o nuestras convicciones personales (limitaciones informales personales)?. La respuesta, obtenida a través de un riguroso modelo de ecuaciones estructurales, es contundente: las limitaciones personales explican en un interesante 96% la configuración de la mentalidad emprendedora, frente a un 83% de las sociales.
Esto significa que, aunque percibimos las reglas no escritas de la sociedad sobre el éxito, el conformismo o la tradición, es nuestra propia motivación al logro, nuestra capacidad de innovación y la creencia de que controlamos nuestro destino (locus de control interno) lo que realmente enciende la chispa empresarial. "El empresario es un diseñador de innovaciones orientado a resultados", define la investigación, y este estudio confirma que ese diseño comienza con la autopercepción.
El Deseo de Emprender: Un Grito Más Fuerte que el Miedo.
La investigación profundizó en la "intención empresarial", dividiéndola en dos componentes cruciales: el deseo de hacerlo (deseabilidad percibida) y la creencia en la propia capacidad para lograrlo (viabilidad percibida). Los hallazgos aquí son llamativos: el deseo de los estudiantes por emprender (con un peso de .81) es significativamente más fuerte que su percepción de ser capaces de hacerlo (con un peso de .47). En otras palabras, hay un universo de jóvenes que anhelan crear empresas, pero sienten que les falta la autoconfianza o las herramientas para lograrlo.
Un dato que añade más ínteres es el papel de la familia y amigos. Mientras el apoyo de los círculos cercanos es percibido como positivo, esta percepción de apoyo decrece drásticamente al extenderse a colegas y conocidos. Esto sugiere que el emprendedor a menudo se siente como un corredor solitario, cuya principal fuente de energía debe provenir de su interior.
Un Descubrimiento Inesperado: Hombres y Mujeres Perciben Diferente la Presión Social.
En un giro inesperado, el análisis de datos reveló la presencia de diferencias significativas entre hombres y mujeres en cómo perciben la "conservación" social, es decir, el conformismo y la tradición. Aunque el estudio no profundizó en este punto, abre una emocionante puerta a futuras investigaciones: ¿están las mujeres enfrentando barreras culturales distintas en su camino hacia el emprendimiento?.

Este estudio no es solo un conjunto de cifras; es un mapa hacia el futuro. Demuestra que para fomentar una nueva generación de empresarios, más allá de enseñar finanzas, es crucial fortalecer la mentalidad, la motivación y la innovación desde las aulas. La batalla por el futuro económico se libra, y se gana, en el terreno de las convicciones personales.
Ver publicación fuente original: https://www.ijbmi.org/papers/Vol(7)11/Version-2/D0711021423.pdf


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